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¿Por qué la capacitación en seguridad eléctrica?

Compartimos un imperdible artículo del ingeniero Carlos Galizia que analiza cuáles son los principales problemas de la Argentina en Seguridad Eléctrica y cuál es el camino para mejorar.

La seguridad en las instalaciones eléctricas es un objetivo al que, todos aquellos que tenemos responsabilidades en esas tareas, debemos apuntar con independencia de las exigencias legales y es algo que quien suscribe viene defendiendo y exponiendo y por lo que viene luchando desde antes del año 2000.

Ninguna persona puede aceptar que se pierdan vidas por electrocución, o que queden personas inválidas o mutiladas por accidentes eléctricos o que se arruinen máquinas y equipos de producción por fallas eléctricas de aislación o fallas a tierra o por cortocircuitos y que se produzcan incendios originados por instalaciones eléctricas defectuosas o mal protegidas con destrucción de viviendas y enormes pérdidas de bienes y vidas.

Es muy conocido el hecho que un gran porcentaje de incendios se originan en las instalaciones eléctricas según estadísticas de los Bomberos de la Policía Federal Argentina.

Lamentablemente nuestro país no cuenta con estadísticas sobre muertos por causas eléctricas ya sean por electrocución o como consecuencia de los incendios de origen eléctrico. Tampoco se cuenta con estadísticas de accidentados por las mismas causas muchos de los cuales han sufrido entre otras cosas serias quemaduras.

Recorriendo el país uno encuentra en los diferentes lugares a los que concurre que han ocurrido muchos de estos accidentes, pero que no tienen difusión en nuestros medios de comunicación, e inclusive ocurre que muchos accidentes eléctricos mortales son ocultados por los familiares y son declarados por los médicos como muerte por paro cardiorrespiratorio, por lo que no se incorporan a la "estadística" de muertos por causas eléctricas.

¿Por qué no se le da la debida importancia a estas tragedias? La respuesta desde mi punto de vista es simple: son muertes por "goteo" que no hacen "ruido".

Pareciera que en nuestro país hacen falta GRANDES TRAGEDIAS (caso "Cromagnon") para que la Sociedad, los gobernantes y los dirigentes de empresa reaccionen.

Muchos dirán que los razonamientos anteriores no son aplicables a las empresas comerciales o industriales, entre otras, ya que en ellas actúan las Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART), las inspecciones de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), los profesionales de Higiene y Seguridad de mismas empresas, ya sean personal propio o personal contratado y además todas aquellas empresas deben tener, por ley, personal capacitado. Sin embargo los accidentes eléctricos con muertes e incendios siguen ocurriendo.

La pregunta es ¿por qué? La respuesta desde mi punto de vista es elemental: porque falta capacitación, faltan controles especializados y algo fundamental: faltan los proyectos previos.

Y la situación se agrava porque en muchos casos se realizan “mejoras” y ampliaciones de las instalaciones con contratistas (electricistas) poco capacitados y nuevamente, sin un buen proyecto previo.

Estos razonamientos son los que terminan siendo determinantes para que los electricistas que brindan servicios independientes, los profesionales de Mantenimiento, de Ingeniería y de Higiene y Seguridad, entre otros, requieran capacitación eléctrica, sin olvidar que también es conveniente incorporar a esas capacitaciones a los compradores técnicos de las empresas para que comprendan la problemática.

Dentro de los temas mal manejados por nuestra sociedad "eléctrica" se encuentra el vocabulario y eso lo comprobamos a diario cuando escuchamos o leemos a colegas, sean ingenieros, proyectistas, técnicos, instaladores y tableristas, Gerentes de Ingeniería, Gerentes de Planta, entre otros, que hacen un mal empleo del vocabulario eléctrico e inclusive una interpretación errónea de sus significados. Estas situaciones se pueden hacer extensivas incluso a profesores de escuelas técnicas y a profesores universitarios, que, por no recurrir a las fuentes, les enseñan a los futuros técnicos e ingenieros conceptos y vocabularios equivocados. Lamentablemente, instituciones que debieran ser guías o faros en estos temas no ayudan, sino que confunden, como comprobamos en los últimos tiempos con algunas cuestiones impulsadas por la AEA cuando esta organización decidió en forma intempestiva denominar cables a todos aquellos elementos de conducción de corriente que históricamente (y con el respaldo de las Normas IEC y del Reglamento AEA 2006) denominábamos sin ninguna ambigüedad conductores aislados, conductores desnudos y cables. Adicionalmente está promoviendo la inseguridad (en la Parte 6 de AEA 90364, en Discusión Pública) cuando propone verificar instalaciones por muestreo sin que ninguna norma internacional dedicada a las instalaciones (IEC y CENELEC) y ningún reglamento de instalaciones eléctricas de reconocida trayectoria respalde esa posición, que puede ser válida para ensayo de componentes fabricados en serie, pero nunca para las instalaciones. ¿O la AEA pretenderá convertir la seguridad en un cara o ceca o en un juego de dados?

Son muchos los temas que los instaladores no conocen bien, entre otros, están las características de funcionamiento de los dispositivos de maniobra y protección. Se desconocen las diferentes curvas de los pequeños interruptores automáticos termomagnéticos, las corrientes de disparo y no disparo y sus aplicaciones. Se desconocen aspectos relacionados con la selectividad, con el cálculo de las corrientes de cortocircuito, con el poder de corte, etc.

De la misma forma se desconocen las aplicaciones correctas de las protecciones diferenciales y los tiempos de actuación de los interruptores y dispositivos diferenciales y sus corrientes de no disparo y de disparo asociadas y como obtener selectividad diferencial.

No se sabe que esquemas de conexión a tierra se está empleando y para que se está midiendo la resistencia de puesta a tierra, ni como realizar una correcta instalación de puesta a tierra que tenga en cuenta los aspectos de puesta a tierra de seguridad, de puesta a tierra de servicios, de puesta a tierra de descargas atmosféricas, del empleo de conductores de equipotencialidad, de los conceptos de compatibilidad electromagnética, de la protección contra sobretensiones, etc. y mucho menos seleccionar o calcular las secciones adecuadas de los distintos conductores que componen la instalación de puesta a tierra.

Se desconoce cuáles son las exigencias de seguridad en los tableros de distribución (sean de potencia o de tomacorrientes o de iluminación) y en los tableros que forman parte de una máquina porque no se conoce lo que prescriben la Reglamentación de la AEA y las Normas IEC.

Se desconoce cuáles son los materiales permitidos, los no permitidos, cuando emplear conductores y cables libres de humos tóxicos y con baja emisión de gases halógenos conocidos como LS0H, donde y como emplear fusibles, etc.

Estos temas y muchos otros deben ser conocidos por quienes actúan en seguridad eléctrica y en la ejecución de instalaciones eléctricas que son fundamentalmente los INSTALADORES ELECTRICISTAS (sin olvidarnos de los especialistas en mantenimiento eléctrico y en proyectos eléctricos y de aquellos que se ocupan del diseño y fabricación de tableros y en muchas otras actividades relacionadas).

Y todo lo expuesto son solo algunas de las razones que obligan a pensar seriamente en la CAPACITACIÓN EN SEGURIDAD ELÉCTRICA en su más amplio significado.

Y aquí juegan un importantísimo papel las ASOCIACIONES DE INSTALADORES (con muchas de las cuales quien suscribe ha colaborado en los cincuenta años que lleva de profesión) ya que por la sinergia que generan al nuclear en su seno a instaladores (con los mismos intereses), de la región, de la ciudad, de la localidad, del partido, del departamento o de la provincia pueden convocar, para brindar capacitación, a especialistas serios y bien formados en los temas a exponer (y si es posible sin intereses comerciales ya que muchas veces estos intereses enturbian su discurso por estar más deseosos en “vender” o mostrar los productos de los fabricantes que representan que en asesorar correctamente a los instaladores en la aplicación de esos productos, según la RAEA).

El autor de estas reflexiones tiene cincuenta años de experiencia profesional y docente en estos temas, por lo que en sus cursos, además de sus conocimientos sobre las Normas Eléctricas y sobre los Reglamentos de Instalaciones Eléctricas, en cuya redacción ha tenido una importantísima participación, vuelca su prolongada práctica y su expertis en proyectos e instalaciones de BT y MT y en el proyecto y construcción de tableros, y por esas razones y con ese respaldo dicta cursos y desarrolla auditorías por todo el país.

Por el Ing. Carlos A. Galizia

Consultor en Instalaciones Eléctricas de BT y MT

Consultor en Seguridad Eléctrica de BT y MT

Auditorías Eléctricas, Proyectos,

Asesoramientos y Dirección de Obra

Dictado de Cursos de Capacitación

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