No existe pilar de bajada en general, lo cual hace más insegura las instalaciones eléctricas, bajando los cables de energía a un soporte sobre poste de madera o excepcionalmente poste de cemento e ingresando a la vivienda sin elementos de corte y protección, excepcionalmente alguna vivienda tenía una PIA.
La tarea empezó gracias al contacto que se establece con uno de los merenderos de la villa en la casa de la Sra. Celeste. Y desde allí comenzaron luego los trabajos en varias viviendas de la zona. Las obras se realizaron con materiales aportados por donantes electricistas de EPAC, con donaciones de casas de electricidad que trabajan con EPAC y con la mano de obra gratuita que aportaron electricistas socios solidarios en este proyecto, ejecutado los días sábados de por medio, cada 15 días.
Se armó la instalación eléctrica del salón del merendero dejándolo iluminado. En las siguientes casas se sacó la instalación precaria y se realizaron las siguientes tareas varias en general:
- Canalización desde caja de empalme por cambio de cable hasta el tablero principal
- Canalizado y fijación de tablero principal
- Colocación de PIA e ID en el tablero principal
- Colocación de jabalina de puesta a tierra
- Canalización interior de las viviendas
- Colocación de iluminación exterior
- Colocación de bocas de iluminación y tomas
- Cableado de las viviendas
- Prueba de funcionamiento e instrucciones de uso a los integrantes de las viviendas
Los niños de las viviendas colaboraron y participaron en el armado de la instalación, lo cual es un empuje y forma de transmitir entusiasmo por esta hermosa profesión en vista de su futuro desarrollo.
Por último, se llevó a cabo una pequeña capacitación en la sede de EPAC de los conceptos básicos para el armado de las instalaciones eléctricas en tableros didácticos, con aquellos de la villa que quisieron participar de esta iniciativa.
Esta iniciativa solidaria fue un granito de arena que intenta paliar la deuda muy grande que tienen los políticos con la sociedad. Los integrantes de EPAC pusieron al servicio su saber técnico y aportaron su mano de obra gratuita y desinteresada, demostrando que ¡cuando se quiere, se puede! Se agradece infinitamente a todos los colegas que colaboraron en esta primera etapa y también a las personas que nos abrieron las puertas de sus viviendas para llevarles ¡seguridad eléctrica!
Autores: José Cosio – Dante Pedraza
