Sin embargo, como la vida continúa, tenemos la obligación de no dejar pasar las cosas positivas que también ocurrieron (ya que si no las tenemos en cuenta habremos perdido la oportunidad de capitalizar estas experiencias recibidas), y decimos que nada ha sido en vano.
No hemos perdido el tiempo, aprendimos a vivir de un modo distinto, a la distancia, digitalmente, y esto quedó demostrado en que fue uno de los años más activos en capacitación eléctrica, y en el intercambio de los colegas por medio de las redes.
Por suerte, el árbol de la esperanza, que en momentos difíciles da sus mejores frutos, sigue vivo en nosotros. Y así seguirá, si agudizamos nuestro ingenio y sensibilidad, si aprendemos a divisar esa pequeña luz al final del túnel que nos envía la vida.
Desde Electro Instalador esperamos volver a encontrarnos con nuestros lectores en 2021, y continuar con este intercambio que nos da sentido como medio de comunicación.