La eficiencia energética es una protagonista clave a la hora de desarrollar la transición energética ante la amenaza del calentamiento global. El objetivo es ir remplazando los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables y avanzar en el ahorro energético. A través de políticas de eficiencia energética se procura hacer un uso inteligente y responsable de la energía antes que aumentar la generación.
Desde 2020 no se podrán vender lámparas halógenas
Adiós a las halógenas: ¿Cómo afecta al consumidor su sustitución por las tecnologías LED?
Uno de los aspectos centrales en materia de eficiencia energética es el acceso a tecnologías y equipamiento más eficientes. El etiquetado de electrodomésticos es una guía útil para el consumidor. También es muy importante el ingreso en el mercado de las mejores tecnologías disponibles y retirar aquellos dispositivos menos eficientes. En este sentido, debemos potenciar un nuevo salto tecnológico en materia de luminarias.
Desde hace años, y de forma ininterrumpida, las bombillas de toda la vida que se usan para iluminar las casas, la oficina o las calles están sufriendo una revolución.
Así como en el año 2010 se prohibió la comercialización de las viejas lámparas incandescentes (las “bombitas”), y se aceleró el ingreso de las lámparas fluorescentes compactas (LFC o “bajo consumo”), y a partir 31 de diciembre de 2019, la Argentina dará el adiós definitivo a las lámparas halógenas, las más ineficientes del mercado.
Si bien las halógenas consumen un 30% menos que las incandescentes, en los últimos años llegó la tecnología LED, que es mucho más eficiente, lo que compensa que el precio sea casi el doble.
Un dispositivo LED tiene una vida útil diez veces mayor que una lámpara halógena y un consumo seis veces menor. El ahorro que se podría generar por el reemplazo de la totalidad de las lámparas halógenas en uso en la Argentina, es equiparable a la energía que generan dos centrales nucleares similares a Atucha II. Lo cual sería un verdadero alivio para el sistema energético en su conjunto.
Si además consideramos que la energía que se dejaría de consumir de manera inmediata, sería la más ineficiente y contaminante, proveniente de fuentes fósiles, se evitaríaemitir 1.700 toneladas de dióxido de carbono al año, principal gas de efecto invernadero.