Economía: crisis financiera global
Economía. Crisis financiera global. Por qué tiemblan los mercados del mundo y cuál es el impacto en la Argentina.
La semana financiera arrancó con una estrepitosa caída de los mercados mundiales, calificada por algunos analistas como “histórica”. El lunes negro tuvo su antesala con el anuncio del presidente Donald Trump, quien dispuso un impuesto base del 10% sobre las importaciones de todos los países y tasas arancelarias más altas para docenas de naciones que tienen superávits comerciales con Estados Unidos. La crisis se agravó cuando China advirtió que tomaría represalias. La guerra comercial golpea a todos los mercados, con una convulsión generalizada. En el caso de la Argentina, con sus particularidades económicas y políticas, hubo indicadores preocupantes, como el riesgo país, que trepó a los 960 puntos. En plena negociación por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y una estrategia cambiaria en la mira, el gobierno de Javier Milei se enfrenta a un duro desafío en el que se mezclan frentes domésticos y externos. La incertidumbre financiera atraviesa al mundo, pero hay algunas respuestas para entender cómo se llegó al panorama actual y qué efectos puede ocasionar.
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¿Qué disparó el nerviosismo de los mercados que desembocó en el lunes negro?
Después de semanas de anticipación y especulación, Trump cumplió el 2 de abril pasado con sus amenazas de aranceles al declarar, en lo que llamó el "Día de la Liberación", un impuesto base del 10% sobre las importaciones de todos los países y tasas arancelarias más altas para docenas de naciones que tienen superávits comerciales con Estados Unidos. Los mercados globales se desplomaron el día después del anuncio y luego cayeron aún más cuando China advirtió que tomaría represalias con aranceles iguales.
Al disponer "aranceles recíprocos", Trump cumplió una promesa de campaña de aumentar los impuestos sobre bienes extranjeros para reducir la brecha con los aranceles que, según la Casa Blanca, otros países imponen injustamente a los productos estadounidenses.
Las tasas más altas de Trump afectarían a las entidades extranjeras que venden más bienes a Estados Unidos de los que compran. Pero los economistas no comparten el entusiasmo de Trump por los aranceles, ya que son un impuesto a los importadores que generalmente se traslada a los consumidores. Sin embargo, es posible que los aranceles recíprocos puedan llevar a otros países a la mesa de negociaciones y lograr que reduzcan sus propios impuestos a la importación.
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¿Qué intenta lograr Trump con los aranceles?
No está del todo claro cuál es el objetivo final del presidente, lo que aumenta la incertidumbre en torno a sus guerras comerciales. Ha dado diferentes razones para sus amplios impuestos a la importación, a veces contradictorias.
Trump declaró que los aranceles pueden ayudar a recaudar dinero para el Tesoro, proteger las industrias estadounidenses, atraer fábricas a Estados Unidos y servir como táctica de negociación para que otros países cedan a sus demandas, ya sea reduciendo sus propios aranceles o tomando medidas enérgicas contra el flujo ilegal de drogas e inmigrantes hacia Estados Unidos.
Pero si los aranceles llevan a la ciudadanía a comprar menos importaciones o a las empresas a reubicar fábricas en Estados Unidos, entonces los ingresos por aranceles caerán, socavando su plan de usarlos como una alternativa generadora de dinero al impuesto sobre la renta.
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¿Cómo respondieron hasta ahora los países?
En todo el mundo, diversos países comenzaron a enviar funcionarios comerciales a Washington con la esperanza de mitigar los efectos de la crisis, que siembra incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales, afecta a los mercados y deja a los aliados de Estados Unidos cuestionando la viabilidad de sus relaciones con la economía más grande del mundo.
La Casa Blanca ha dicho durante todo el fin de semana que estaría dispuesto a escuchar propuestas para grandes acuerdos comerciales, si estas resultaran beneficiosas para la industria y los agricultores estadounidenses. Varios países han manifestado su intención de renegociar los aranceles, pero también hay amenazas de represalias si no se llega a un acuerdo.
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¿Cuál es la mayor preocupación de Wall Street?
De acuerdo a analistas, Wall Street podría caer en un bear market o mercado bajista, ante los temores de que los aranceles hundan la economía global. El término bear market se utiliza cuando un índice como el S&P 500 o el promedio industrial Dow Jones cae un 20% o más desde un máximo reciente durante un período prolongado de tiempo.
El último bear market ocurrió en 2022, pero el actual declive se parece más al repentino y turbulento de 2020, cuando el índice de referencia S&P 500 cayó un 34% en un período de un mes por la pandemia.
Los aranceles causan turbulencias económicas en parte porque son un impuesto pagado por los importadores que a menudo se traslada a los consumidores, aumentando la presión inflacionaria. También provocan que los socios comerciales tomen represalias, lo que puede perjudicar a todas las economías involucradas. A su vez, suelen complicar las decisiones que las empresas deben tomar, incluyendo qué proveedores usar, dónde ubicar fábricas y qué precios cobrar. Y esa incertidumbre puede hacer que se retrasen o cancelen inversiones que ayudan a impulsar el crecimiento económico.
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¿Cómo impactó el lunes negro en los mercados de la Argentina? ¿Cuál fue el comportamiento del dólar?
Los temores de que haya una guerra comercial que provoque una recesión global y que reavive la inflación hacen que los inversores globales se alejen de los mercados de riesgo (como el argentino) y busquen refugiarse en activos más seguros. Así, las acciones argentinas abrieron la semana con bajas del 9% en Wall Street, aunque con el correr del lunes, los rumores moderaron la tendencia y cerraron con caídas del 6%.
En la Argentina, uno de los activos más afectados fueron los bonos soberanos, en línea con la baja que presentó la deuda de otros mercados emergentes (-0,8% el índice EMB). Los Bonares retrocedieron hasta 5,88% (AL41D) y el rojo entre los Globales se extendió hasta 6,11% (GD38D) durante el lunes negro. Esta caída provocó una suba en el riesgo país, índice que elabora el JP Morgan y que mide la diferencia que pagan los bonos de países emergentes frente a los del Tesoro de Estados Unidos (considerados los activos más seguros del mundo). El indicador trepó 35 unidades y cerró en 960 puntos básicos (+3,78%). Fue el valor más alto desde el 31 de octubre del año pasado (984 puntos) y afecta las posibilidades de la Argentina de acceder a los mercados internacionales de deuda, uno de los objetivos que tiene el Gobierno para este año.
La Bolsa porteña atravesó una rueda de marcada volatilidad, al compás de las noticias internacionales que trascendieron durante un lunes de nerviosismo global: arrancó en negativo, llegó a subir en la jornada y finalmente cerró con una baja del 1,3%. El S&P Merval cotizó en 2.080.915 unidades, que al ajustar por el dólar contado con liquidación fueron equivalentes a US$1529 (-3%). A modo de contraste: el 9 de enero llegó a tocar máximos históricos, en US$2388, pero desde entonces recortó 35,9%.
Las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (ADR) también tuvieron una rueda de subas y bajas, luego de que el viernes pasado se hundieran hasta 12%. A pesar de que se vieron alzas del 5% cerca de las 11.30 del primer día de la semana, tan solo 20 minutos después, el rojo volvió a apoderarse de las pantallas. Al final de la jornada, los papeles de Corporación América retrocedieron 6,6%, seguidos por Irsa (-6,3%), Transportadora de Gas del Sur (-6,2%) y Grupo Financiero Galicia (-6,1%).
En cuanto al dólar, los tipos de cambio financieros terminaron el lunes al alza. El dólar MEP cerró a $1370,35, una escalada de $29,91 frente al cierre anterior (+2,2%). En tanto, el contado con liquidación (CCL) apareció en las pantallas del mercado de capitales a $1360,25, un incremento diario de $23,20 (+1,7%), aunque llegó a tocar máximos en $1389 en las primeras negociaciones de la rueda.
Para encontrar un cierre nominal similar hay que retrotraerse a mediados de julio del año pasado, cuando las cotizaciones libres se recalentaron, tocaron récords históricos y el Gobierno anunció que el Banco Central (BCRA) empezaría a intervenir discrecionalmente. A una semana de comenzado abril, el MEP acumuló una suba de $56,38 (+4,3%) y el CCL de $40,79 (+3,1%). En las cuevas y arbolitos de la city porteña, el blue se negoció a $1345, una suba de $35 con respecto al cierre anterior (+2,7%). De esta manera, buscó cerrar la brecha que se había generado en los últimos días con las cotizaciones financieras. En este caso, se trató del valor nominal más alto desde finales de agosto del año pasado.
El tipo de cambio oficial mayorista cotizó a $1075, luego de que en febrero el Banco Central redujera el ritmo de devaluaciones controladas del 2% al 1% mensual. Frente al contado con liqui, la brecha se expandió a niveles del 26,5%.
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¿Cómo afectó en el país la caída del precio del petróleo?
Desde que comenzó el año, el precio del barril de petróleo está sujeto a la volatilidad del contexto internacional. Luego de tocar un pico de US$82, a mediados de enero pasado, a partir de marzo comenzó a cotizar en torno a los US$70 y, desde el anuncio de la suba de aranceles de Estados Unidos, se encuentra por debajo de US$65. Esta caída impactó de manera directa en las cotizaciones de las productoras argentinas, cuyas acciones caen hasta 35% en el año en algunos casos.
Hasta la semana pasada, se esperaba que el Brent, el índice que se toma de referencia en la Argentina, se ubicara en torno a los US$69 el barril, lo que implica una caída de 13% con relación al US$80 que promedió el año pasado. Sin embargo, el lunes por la mañana, tocó un piso de US$62,80, para luego recuperarse en US$64. “Esto no afecta la viabilidad de los proyectos de Vaca Muerta, pero los ralentiza”, señaló Alejandro Monteiro, exministro de Energía de Neuquén y actual consultor de empresas.
Al momento, los mayores afectados con esta situación son los inversores, ya que las acciones de empresas petroleras se derrumbaron desde mediados de enero, cuando el Brent se encontraba en US$80. La de YPF, por caso, llegó a cotizar a US$46 y, desde entonces, cayó a los actuales US$29. El valor de mercado total de la empresa bajó de US$18.000 millones a US$11.400 millones, más de US$6000 millones en tres meses. Vista Energy también sintió el impacto. El valor de las acciones se derrumbó de US$59 en enero a US$36. Es una baja de más de 38%. Pampa Energía, por su parte, sufrió un descenso de casi US$95 a US$65. La acción en Wall Street de Transportadora de Gas del Sur (TGS), de la cual también es accionista Pampa Energía, cayó de US$33 a US$22.
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¿Qué puede pasar con la estrategia cambiaria local?
Según Gabriel Caamaño, economista y director de la consultora Outlier, la crisis llega en un momento difícil porque, si se extiende este contexto externo y con precios de commodities a la baja, claramente la presión cambiaria va a ser mayor. “Lo que está muy complicado es unificar a este nivel de tipo de cambio oficial”, afirmó.
Por otro lado, la consultora 1816 indicó en su informe semanal que, si no baja rápidamente el riesgo país y no se puede acceder al mercado internacional de deuda, un eventual primer desembolso del FMI por US$8000 millones no sería suficiente para mantener en el Banco Central (BCRA) las divisas sin una modificación “sustancial” en el régimen cambiario. “Decimos esto porque, si bien desde la asunción de Milei el Central compró cerca de US$24.000 millones en el mercado oficial de cambios, las reservas netas apenas aumentaron US$2000 millones en el mismo período. La diferencia entre un número y el otro se explica principalmente por pagos de deuda pública que hasta el momento no se han podido refinanciar en el exterior”, añadieron.
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¿Cómo incide la crisis en la deuda y en el riesgo país?
Nery Persichini, head of Research & Strategy de GMA Capital, subrayó que la Argentina corre con una desventaja respecto a los países de la región, ya que aún no ha recuperado el acceso a los mercados de deuda. “Por lo tanto, el incremento del riesgo país por encima de los 900 puntos básicos dilataría aún más la necesaria vuelta a los mercados. Estos factores complican la estrategia de mantener el crawling peg al 1% mensual, incluso con la ayuda del FMI”, sostuvo.
Justamente, un informe de Quantum Finanzas analiza el comportamiento del riesgo país argentino frente al de los demás países de la región. Según el estudio, entre el último trimestre de 2023 y principios de 2025, el indicador había pasado de 2700 puntos básicos a menos de 560 puntos. Pero el 9 de enero pasado comenzó a aumentar, no solo por la creciente incertidumbre a nivel internacional, sino también por cuestiones domésticas. “Más aún, entre el 9 de enero de este año y el 4 de abril, el rendimiento de la deuda soberana argentina aumentó 286 puntos básicos, mientras que en el resto de los países se registraron caídas del orden de 50 a 60 puntos, en línea con la caída del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, que pasó de 4,7% a 3,9% anual”, agregaron. Sin embargo, Fernando Baer, economista asociado de Quantum Finanzas, dijo que los fundamentos locales no deberían complicar a la Argentina más que a otros emergentes en la búsqueda de financiamiento, aunque habló de “tiempos vertiginosos”.
Fuente: La Nación