Bajo la mirada atenta de los analistas, diversos desequilibrios están generando alarma para la economía argentina, que repercuten en las cifras de inflación, precio del dólar y actividad. En este marco, este año el Gobierno tendrá un duro desafío para conseguir divisas para las reservas del Banco Central, debido a que la cantidad de moneda estadounidense disminuye y no hay fundamentos para frenar esta "sangría".
Menos dólares: una amenaza que tendrá que enfrentar el Gobierno este año, según economistas
Este año el Gobierno tendrá un duro desafío para conseguir divisas para las reservas del Banco Central, debido a que la cantidad de moneda estadounidense disminuye y no hay fundamentos para frenar esta "sangría".
Es que la volatilidad propia del año electoral más la sequía en el campo que impactará en el caudal de dólares liquidados por los exportadores, y a ello se suman diversos compromisos de deuda externa que el Estado debe cubrir.
"El primer mes del año anticipó algo del ruido que se vendrá en 2023. Por un lado, el tipo de cambio sigue siendo un dolor de cabeza siempre que la brecha, en estos niveles, hace observar al dólar libre como el relevante para la toma de decisiones en general, y de precios en particular", detalla un informe de la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau.
Y agrega: "Si bien el valor de los distintos tipos de cambio libres se acomodó a la nominalidad de 2022, es decir, simplemente estaban atrasados respecto al resto de los precios, correlacionan muy bien los aumentos con la aceleración de la inflación".
Falta de dólares
Por el lado de la baja notoria que sufren las reservas del BCRA, y que son sostenidas en los niveles actuales por los préstamos otorgados por organismos internacionales en los últimos meses, los economistas encienden distintas alarmas.
"La meta de reservas también la habría cumplido, pero la acumulación de stocks sigue siendo dificultosa para una economía en la cual el tipo de cambio oficial queda sobredemandado tanto por operaciones de la cuenta corriente cambiaria como de la cuenta financiera", indican desde LCG.
De hecho, citan que durante enero el Banco Central perdió u$s190 millones por operaciones de venta contra el mercado en un escenario de menores liquidaciones, por la suspensión del "Dólar Soja" y por efecto de la sequía.
"Estuvo lejos de compensar la caída de reservas por pagos de capital al FMI, pagos de intereses por los bonos reestructurados y la recompra de títulos de deuda anunciada por el ministro Sergio Massa, que por ahora son de unos u$s500 millones", detallan los economistas.
Es decir, en total, el primer mes del año cerró con una pérdida de u$s3.100 millones en reservas brutas. Por lo que afirman los expertos que, teniendo en cuenta que "durante 2023 el financiamiento neto del FMI será negativo, esto supone una dificultad adicional para la meta de reservas internacionales".
Y advierten al respecto: "El FMI comunicó que las reservas siguen siendo escasas y expresó su preferencia por no tener riesgos en contraposición con la medida adoptada por Massa de recomprar deuda en dólares. Desde el Gobierno se insiste en que esto no altera las reservas netas, sino a las brutas. Sin embargo, tanto en reservas brutas como netas sigue el país estando por debajo de un estándar con el cual pueda tener un desenvolvimiento normal, es decir, sin una restricción cambiaria".
Inflación y otros desafíos
En cuanto a las otras variables que influyen en la coyuntura económica general, los analistas son contundentes en la radiografía que plantean, donde ponen foco en la inflación para los próximos meses.
"El Gobierno había ganado cierta tranquilidad en la cuestión inflacionaria, pero difícilmente se pueda observar una tasa mensual descendiendo en forma constante. En particular, esperamos que enero cierre en torno al 6%, cifra que muestra una aceleración desde noviembre y diciembre. Febrero, por otro lado, registrará aumentos de regulados, como prepagas, tarifas y telefonía celular. A lo que se suma la creciente presión que está empezando a ejercer (de nuevo) el precio de la carne, que representa 8% de la canasta del IPC", resumen desde LCG.
Por lo que estos analistas consideran que la tasa mensual de incrementos de precios al consumidor se ubicará en el corriente mes en torno al mismo nivel que tuvo enero, en alrededor del 6%, "aun cuando estacionalmente es un mes que suele jugar a favor de una menor inflación".
"Con las expectativas de inflación aún elevadas para el mes de marzo, esperamos una inflación anual similar a la de 2022 si no existen eventos de estrés", concluyen desde la mencionada consultora.
Al mismo tiempo, mencionan los expertos que el gabinete económico pudo mostrar cumplimiento con el programa del FMI en el frente fiscal y monetario, en parte ayudado por el menor pago de subsidios a la energía y usando el límite de la deuda flotante establecida en el acuerdo.
Fuente: iProfesional.